30 jun 2020

Notas sobre la Civilización Maya 2 de 3: la organización política y territorial


Hola a tod@s,

He aquí la segunda de tres entradas sobre algunos aspectos de la civilización Maya para tener en cuenta en las partidas de Nahui Ollin (ambientadas en el Yucatán). En este segundo detalle hablaremos brevemente sobre la organización política y territorial existente en el Yucatán de los Mayas, desde los estadios de organización más grandes a los más concretos. Espero que os guste:

Tras la destrucción de la ciudad Mayapán a mediados del siglo XVI (sede de la Liga de Mayapán), la península del Yucatán se dividió en distintas jurisdicciones mayas a modo de provincias o señoríos, cada una denominada Kuchabal. Dependiendo de la versión del estudio, se cotejó un número distinto de jurisdicciones (el antropólogo e historiador Ralph L. Roys (1879-1965) señala hasta dieciocho distintas).

En cada una de ellas el máximo poder político, militar y religioso lo concentraba la figura del Halach Uinik (“el Hombre verdadero”), asentado en la capital de la jurisdicción bajo su mando. Esta potestad ejercía todo tipo de funciones religiosas y políticas, y estaba delimitada y segmentada a lo largo de líneas genealógicas, siendo exaltado como divinidad suprema en una estructura de teocracia, y sus sucesores eran los hijos primogénitos de la línea de sangre principal. Esta autoridad, a su vez, designaba un conjunto de líderes o caciques locales, los Batab, que generalmente compartían líneas de sangre con el Halach Uinik, y cuya función era la de ejercer su influencia política y administrativas en distintos territorios y poblaciones (conocido cada uno como Batabil) dentro de la jurisdicción (básicamente sobre cada uno de los pueblos o Cah que integraban el batabil).

Como comentamos, cada uno de los batabiles de cada jurisdicción estaba formado varias de las unidades mayas de organización social más pequeñas, el Cah o pueblo, entendido como una manera de organización política más que territorial (ya que las subdivisiones con las que contaba y que a continuación comentaremos podían estar dispersas en el terreno). Por ello el Cah hay que entenderlo como una municipalidad que aglutinaba funciones administrativas y militares.

Ahora bien, cada uno de los Cah estaba, a su vez, formado por distintos barrios o parcialidades en que éste se dividía. Cada barrio tomaba el nombre de Cuchteel, término que, tal vez, sea lo más parecido a la idea de una aldea en sí. Cada Cuchteel recibía un topónimo y estaba estaban representada por la figura del Ah Cuch Cab, una especie de regidor en cargado de diversas tareas (división del trabajo o miembro recaudador), aunque se cree que el gobierno de esta entidad fuera colectivo, a través de los distintos jefes de familias.

Si bien esta unidad de agrupamiento también poseía funciones políticas y de administración propias, destacaba además por su unión de cooperación y ayuda entre sus miembros. Además, cada uno de los Cuchteel no se aglutinaban en un espacio continuo, sino que se intercalaban con otros barrios de otro Cah, desmarcándose así que las demarcaciones territoriales de frontera entre municipio y municipio en favor de una unión a través de relaciones humanas y subordinación (ello incluye a los rituales, las ceremonias y el parentesco) entre los gobernantes y quienes los reconocían de tal modo.Dentro de cada Cuchteel, en las distintas residencias de los habitantes nativos, existía otro nivel organizativo más profundo y, a su vez, más complejo: el Ch'ibal. Se trataba de un concepto de familia extensa que ejercían un dominio sobre una porción de tierra.

Los vínculos de dichas familias no se limitaban a un vínculo de parentesco (patrilineal y exogámico, como los niveles de del Cah y del Cuchteel), sino más bien a uno de filiación, es decir, a un conjunto de uniones políticos similares a los linajes y, sobre todo, a los clanes. Debido al dominio de la tierra, se cree que la lucha por los poderes de explotación, rentas y servicios sobre ella propició distintas facciones y estratos sociales entre los habitantes mayas, lo cual podría decirse que dentro de un Cah existían distintos grupos políticos basados en la idea de la filiación.

Como apunte final, cabe destacar que en el territorio maya peninsular, el control social se hacía muy difícil más allá de la centena de kilómetros debido a las condiciones del terreno, las continuas guerras, la carencia de una alta densidad demográfica, el entorno tropical y las relaciones cambiantes en los distintos niveles de agrupación política y de relación. Por ello lo lógico sería hablar de la civilización Maya entendida no como un “imperio” y, apurando ni tan siquiera una “confederación” entre sus Kuchkabales.

En la siguiente y última entrada hablaremos de la estratificación social de la cultura Maya

5 jun 2020

Notas sobre la Civilización Maya 1 de 3: la Liga del Mayapán

Hola a tod@s,

He aquí la primera de tres entradas sobre algunos aspectos de la civilización Maya para tener en cuenta en las partidas de Nahui Ollin (ambientadas en el Yucatán). En este primer detalle hablaremos brevemente de la Liga del Mayapán y cómo llegaron a crearse los Kuchkabales mayas (provincias) existentes a la llegada de los españoles a la Península. Espero que os guste:

El periodo Posclásico en la historia de la civilización Maya comienza aproximadamente en el año 900 d.C y termina hasta mediados del siglo XVI (a partir del cual se considera “tiempo de conquista”). Al comienzo de este periodo, tres poblaciones coexistentes se imponen en el Ulúumil cutz yétel ceh (“tierra de pavos y venados”), o, para entendernos, en el Yucatán:


los Itzáes (“los Brujos del agua”), procedentes, según se cree, de la zona del Petén guatelmateco o bien de la costa de Tabasco, los cuáles ocuparon la ciudad de Chichén-Itzá; los Cocomes (“los del Linaje de la paloma torcaz”), un grupo escindido de los Itzáes que fundaron la ciudad de Mayapán, y finalmente los Tutul Xiúes (“los que rebosan virtud”), cuyo origen también es incierto (se cree también que procedieron del Petén o la zona de Tabasco) y ocuparon las ciudades de Uxmal y Maní. Las tres etnias se impusieron a los pueblos existentes modificando sustancialmente las tradiciones y creencias religiosas.

A partir de entonces, las tres ciudades más importantes del Mayab (que es como denominaban los Mayas a la península en el siglo XVI), las cuáles estaban casi alineadas, formaron una alianza entre todas a finales del siglo XI, conocida como la Liga de Mayapán.

Sin embargo, el señor de Mayapán Hunac Ceel, tras un intento de sacrificio fallido (en el cual cayó al cenote sagrado de Chichen-Itzá y milagrosamente sobrevivió) fue proclamado Halach Uinik (máximo dirigente), y tras este suceso declaró la guerra a los Itzáes. Los Cocomes fueron ayudados por mercenarios Nahuas de Xicalanco y Tabasco (que posteriormente se asentarían como recompensa en el norte del Yucatán, en la jurisdicción de Ah Canul). Esta revuelta ocasionó el repliegue de los Itzá al Petén de Guatemala y la fundación de su nueva ciudad Tah Itzá o Tayasal, en una porción de tierra sobre la lagua de Salpetén.

Restos de la ciudad de Mayapán
Treinta y cuatro años duró la imposición Cocome en el Mayab, pues tras este tiempo nuevas revueltas se sucedieron en la ya dañada Liga, comenzando así otra guerra referente: la lucha Cocome contra los Tutul-Xiúes. Sin embargo, en 1441, el líder Tutul Ah Xupan Xiu logró derrotar a los Cocomes con ayuda de varios jefes maya-toltecas, destruyendo la ciudad de Mayapán, acabando con el Halach Uinik Hunac Ceel y matando a casi toda su familia. Pese a la victoria, los Xiúes quedaron reducidos aun pequeño señoría y a la ocupación de Maní (su segunda gran ciudad).

A partir de entonces, destruida la Liga del Mayapán, comenzó una desintegración en la península maya. Tras un tiempo continuado de guerras, desorganización política, y desastres naturales y también para la población (huracanes, epidemias, etc.), se formaron una veintena de señoríos conocidos como Kuchkabales (que los españoles llamaron posteriormente provincias). Éstos eran cacicazgos que estaban regidos en su mayoría por un Halach Uinik. Ésta fragmentación en provincias o jurisdicciones y el continuo “tira y afloja” de luchas y treguas entre ellas, hicieron que la penetración de la conquista española y su intento de pacificación nativa (entre 1527 y 1546) fuera más fácil. La ciudad itzá de Tayasal, último reducto maya de las Tierras Bajas, logró mantenerse independiente hasta 1697 (amparado en la selva petenera)

En la segunda entrada hablaremos de la organización política y territorial de cada uno de estos Kuchkabales.