Los sucesos que aquí se recogen tienen su origen en la ciudad de Salamanca, a mediados del siglo XV. Esta historia de justicia o venganza (según se mire) la hemos acompañado con una ideas de aventuras para Aquelarre (que se podrían ambientar también en Rinascita). Por ello, pese a no ser una historia donde el mundo irracional enseñe sus cartas, sí que puede ser un escenario donde se produzcan toques fantásticos propios de este juego. Os dejo la versión pdf más arriba, en el apartado Herramientas roleras. Que lo disfrutéis.
MARÍA, LA BRAVA
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María, la Brava |
María Rodríguez de
Monroy Almaraz se ganó el sobrenombre de "La Brava"
después de los acontecimientos que protagonizó en un entorno de
violencia urbana muy intensa. Nació en
Plasencia en el siglo XV, bajo un ambiente acomodado. Sus padres eran
Fernán Rodríguez de Monroy (de la Casa de Monroy) e Isabel de
Almaraz (de los Almaraz), cuyas familias se habían unido tras
beligerantes enfrentamientos que tendrán seguramente mención en otra
ocasión.
Con posterioridad, la
joven contrajo matrimonio con Enrique Enríquez de Sevilla, señor
de Garcivelasco (que posteriormente pasó a llamarse Villalba de los
Llanos), villa al suroeste de la ciudad de Salamanca. Fue en esta
ciudad donde residió con su esposo, aunque mantuvieron el mayorazgo
de bienes formado en Villalba en 1454.
LA DISPUTA DE LOS BANDOS
Para contextualizar la
trágica historia de María cabe destacar la llamada guerra de
bandos en la ciudad de Salamanca. A mediados del siglo XV se
produjeron en la ciudad una serie de disputas entre dos bandos
formados familias nobles salmantinas y diversas
parroquias eclesiásticas, enfrentadas por el control de la ciudad.
Éstas pretensiones no eran en sí por el control, sino motivadas
por partidismos reales: ciertas familias apoyaban a Pedro I (El Cruel para la nobleza o El Justiciero para el
pueblo llano), y los partidarios de Enrique II de Castilla,
enmarcados en la Primera Guerra Civil castellana.
Algo parecido
ocurrió casi paralelamente en ciudad Cáceres, cuando las disputas
entre un bando de origen leonés y otro de origen castellano dio
lugar a la instauración de dos concejos al mismo tiempo... En el cuadro
salmantino, los dos bandos se denominaban de San Benito y el otro de
Santo Tomé (también llamado San Martín), nombres derivados de las
parroquias que encabezaban los dos principales divisiones
territoriales urbanas de Salamanca en la época. En el bando de Santo Tomé estaban adheridos los Monroy, la familia de María.
EL GRAVE SUCESO
Ocurrió que la desgracia
vino a tornarse ávida en esta familia. Afincada en un palacio
señorial de Salamanca, María quedó viuda a temprana edad; pero la
historia que relatamos tiene que ver con la muerte de dos de sus
hijos medianos (de los cinco que tenía), Luis y Pedro. Ambos eran
conocidos en la ciudad como los "hermanos Enríquez" y
contaban con diecinueve y dieciocho años respectivamente. En un día
de 1465, Pedro, el menor de los Monroy, jugaba a juegos de pelota con
dos amigos suyos, Simón y Alonso, de la familia Manzano (adheridos
al bando de San Benito). Tras un encontronazo en el juego, que en un
primer momento fue verbal, el asunto pasó a disputa, y los hermanos
Manzano tomaron sus espadas contra el de Monroy.
Tras darle muerte con la
ayuda de sus criados, los cuáles los acompañaban, los Manzano
consideraron no dejar que Luis, el mayor, se percatara de los hechos ni
pensara en la venganza. Y es que el joven de los Monroy era diestro
con la espada y podía reunir hombres de armas con cierta facilidad. Por ello los Manzano
se adelantaron también con sus criados, y armados con espada y chuzo
le dieron muerte de la misma manera que a su hermano en la plaza del
Corrillo de la Hierba (Plaza "frontera" de ambos bandos,
llamada así porque nadie se atrevía a pisarla sin sufrir las
consecuencias rivales de la nombrada guerra).
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Catedral de Salamanca. Detalle |
Tras los sucesos, los dos
hermanos Manzano recurrieron a su padre para relatarle lo sucedido y
pedirle consejo, y éste sólo pudo dedicarles unas palabras de
advertencia: marcharse a Portugal para evitar represalias del bando
de Santo Tomé, al que pertenecía la ahora destrozada familia Monroy.
Con dilación los dos hermanos, Simón y Alonso, huyeron
en secreto de la ciudad.
LA INSÓLITA REACCIÓN
Cuando la noticia se supo
(muerte y rumores de la huida de los atacantes a tierras
portuguesas), la joven María no se amilanó ante la posible
inmunidad como pago de un cumplido y tradicional luto (y más aún por
el estado de la familia). Ni tan siquiera dispuso el entierro de sus
hijos, asunto que dejó en manos de sus allegados y parientes. Por contra, la
mujer se llenó de un sentimiento de venganza en ella misma, y con
aplomo propuso a algunos de sus familiares, criados y amigos del
bando de Santo Tomé, a ir tras los asesinos de sus hijos y exigir
justicia. Con gran inteligencia y para evitar la pérdida de toda
pista o represalia aún mayor, María extendió el rumor de su marcha
como retiro a las tierras de su mayorazgo en Villalba, en pos de la calma
ante la terrible situación en que estaba sumida. Nada más lejos de
la realidad.
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Panorámica de Viseu, Portugal |
María tomó la espada de
su hijo Luis y encabezó la inminente persecución de los hermanos Manzano (previo juramento
de sus seguidores) camino de Villalba, para continuar después hacia
el oeste, camino de Portugal. Y durante varias semanas indagando
por pueblos y aldeas lograron averiguar el paradero de los hermanos:
la villa portuguesa de Viseu. Cuando la comitiva llegó allí, María
y sus seguidores acecharon a los dos jóvenes, los cuales, aún sin
saber nada, descansaban en una taberna. Durante la noche, tras
planear un cerco y evitar una posible huida, los caballeros entraron
en la taberna y apresaron a los dos hermanos. Uno fue atravesado con
una saeta, mientras que otro rindió su vida a una de las espadas
que lo acechaban. La venganza de María se había cumplido, aunque
la madre quería las cabezas de los agresores como un amargo galardón, por lo cual mandó
cercenarlas allí mismo y traerlas de vuelta a Salamanca.
Una vez en la ciudad, se
dirigió con sus particulares trofeos a las tumbas de sus hijos,
emplazados en la iglesia de Santo Tomé, y colocó las cabezas, según
se dice, encima de sus tumbas, mostrando la venganza llevada a cabo. Otros relatan que dichas cabezas fueron colgadas de los balcones
y tejados de su palacio en la Plaza de los Bandos, para así
aterrorizar a los enemigos de la familia y hacer recordar a sus
rivales tanto el pesar que los Monroy soportaban como las consecuencias ante
cualquier hecho parecido que hubiera de venir.
Éstos sucesos, si bien
son el episodio más conocido de la guerra de los Bandos en
Salamanca, recrudecieron la disputa de bandos durante cuatro décadas
más. Finalmente, Juan de Sahagún logró atraer a la armonía y la
ciudad, cosa que no pudieron hacer las autoridades concejales ni
eclesiásticas. Fue así como María Rodriguez de Monroy Almaraz se
ganó el epíteto de La Brava.
IDEAS DE AVENTURAS PARA AQUELARRE:
- Los PJ llegan a la
ciudad, sin conocer muy bien la "guerra de bandos" en
Salamanca. Vagando por sus solitarias calles, verán a tres hombres
golpeando indiscriminadamente a otro tendido en el suelo, en mitad de
un oscuro callejón. "No cabe duda" que los PJ le ayudarán (esperemos que se así),
pero un cuarto cómplice, apostado bajo el arco de la entrada de un
palacio, huirá corriendo. Por supuesto, se ha quedado con el rostro
de alguno de los salvadores. El hombre tendido, que les maldecirá
por haberlo ayudado, resulta ser Ahasvero, el judío errante (Pag.328
del manual), que busca la muerte y lo había intentado provocando a
sus atacantes. Ahasvero huirá, y como escarmiento de la ruina de su
plan acechará a los PJ durante las noches que estén en Salamanca y
los alrededores (al igual que el bando al que pertenecían los
agresores, como represalia por el rescate del judío).
- Los PJ son criados de la
bruja María (sí, la Brava practica las oscuras artes del mal), los
cuáles están preparando la falsa huida de su señora a las tierras de Villalba. Serán citados por su señora y en plena madrugada irán al
lugar donde sus dos hijos murieron. Allí María activará el hechizo Invocación de ánimas (pág. 195 del Manual) y pedirá a los PJ que
pregunten al alma de sus hijos qué pasó, así como les transmitan los
deseos de venganza de su madre. El ánima del hijo mayor les revelará
que hubo un tercer hombre que participó en los hechos (un amigo de
los hermanos Manzano). Cuando María despierte y sepa
esta noticia, pedirá a los PJ que mientras ella marcha tras los asesinos ellos indaguen y capturen al tercero en discordia (que
casualmente es un habitual en la guerra de bandos de la ciudad).
- Los PJ son familiares o
amigos de María la Brava. Habrán
aceptado marchar en busca de los dos fugitivos a tierras portuguesas,
junto con el resto de la comitiva armada. Éstos los acabarán
encontrando en la villa portuguesa de Viseu, pero previamente el
grupo habrá recorrido durante varias semanas varios pueblos y
aldeas, o dormido en los caminos y al raso. Durante una de esas
noches, cerca de la frontera portuguesa y a pesar de las guardias
nocturnas, Maria desaparecerá sin dejar rastro. La comitiva
emprenderá una incesante búsqueda por los alrededores, y tal vez
los PJ la encuentren luchando en solitario con un grupo de cinco
lobos. Por lo visto, se despertó y vio a una joven que espiando al
grupo y decidió seguirla. Claro que, se trataba de una Peeira (Ver
suplemento Bestiarium Hispaniae), y habiéndose alertado ordenó a su
manada de lobos protegerla. Durante varias noches, los PJ serán
hostigados por lobos cuando estén desprevenidos, e incluso les
pedirán en el pueblo más cercano formar parte de una batida contra
Miragres, "la que duerme con los lobos" (como así es conocida en la zona).