10 jul 2017

María, "la Brava". Detalle histórico e ideas de aventura para Aquelarre

Los sucesos que aquí se recogen tienen su origen en la ciudad de Salamanca, a mediados del siglo XV. Esta historia de justicia o venganza (según se mire) la hemos acompañado con una ideas de aventuras para Aquelarre (que se podrían ambientar también en Rinascita). Por ello, pese a no ser una historia donde el mundo irracional enseñe sus cartas, sí que puede ser un escenario donde se produzcan toques fantásticos propios de este juego. Os dejo la versión pdf más arriba, en el apartado Herramientas roleras. Que lo disfrutéis.


MARÍA, LA BRAVA

María, la Brava
María Rodríguez de Monroy Almaraz se ganó el sobrenombre de "La Brava" después de los acontecimientos que protagonizó en un entorno de violencia urbana muy intensa. Nació en Plasencia en el siglo XV, bajo un ambiente acomodado. Sus padres eran Fernán Rodríguez de Monroy (de la Casa de Monroy) e Isabel de Almaraz (de los Almaraz), cuyas familias se habían unido tras beligerantes enfrentamientos que tendrán seguramente mención en otra ocasión.

Con posterioridad, la joven contrajo matrimonio con Enrique Enríquez de Sevilla, señor de Garcivelasco (que posteriormente pasó a llamarse Villalba de los Llanos), villa al suroeste de la ciudad de Salamanca. Fue en esta ciudad donde residió con su esposo, aunque mantuvieron el mayorazgo de bienes formado en Villalba en 1454.


LA DISPUTA DE LOS BANDOS

Para contextualizar la trágica historia de María cabe destacar la llamada guerra de bandos en la ciudad de Salamanca. A mediados del siglo XV se produjeron en la ciudad una serie de disputas entre dos bandos formados familias nobles salmantinas y diversas parroquias eclesiásticas, enfrentadas por el control de la ciudad. Éstas pretensiones no eran en sí por el control, sino motivadas por partidismos reales: ciertas familias apoyaban a Pedro I (El Cruel para la nobleza o El Justiciero para el pueblo llano), y los partidarios de Enrique II de Castilla, enmarcados en la Primera Guerra Civil castellana. 
Algo parecido ocurrió casi paralelamente en ciudad Cáceres, cuando las disputas entre un bando de origen leonés y otro de origen castellano dio lugar a la instauración de dos concejos al mismo tiempo... En el cuadro salmantino, los dos bandos se denominaban de San Benito y el otro de Santo Tomé (también llamado San Martín), nombres derivados de las parroquias que encabezaban los dos principales divisiones territoriales urbanas de Salamanca en la época. En el bando de Santo Tomé estaban adheridos los Monroy, la familia de María.


EL GRAVE SUCESO

Ocurrió que la desgracia vino a tornarse ávida en esta familia. Afincada en un palacio señorial de Salamanca, María quedó viuda a temprana edad; pero la historia que relatamos tiene que ver con la muerte de dos de sus hijos medianos (de los cinco que tenía), Luis y Pedro. Ambos eran conocidos en la ciudad como los "hermanos Enríquez" y contaban con diecinueve y dieciocho años respectivamente. En un día de 1465, Pedro, el menor de los Monroy, jugaba a juegos de pelota con dos amigos suyos, Simón y Alonso, de la familia Manzano (adheridos al bando de San Benito). Tras un encontronazo en el juego, que en un primer momento fue verbal, el asunto pasó a disputa, y los hermanos Manzano tomaron sus espadas contra el de Monroy.

Tras darle muerte con la ayuda de sus criados, los cuáles los acompañaban, los Manzano consideraron no dejar que Luis, el mayor, se percatara de los hechos ni pensara en la venganza. Y es que el joven de los Monroy era diestro con la espada y podía reunir hombres de armas con cierta facilidad. Por ello los Manzano se adelantaron también con sus criados, y armados con espada y chuzo le dieron muerte de la misma manera que a su hermano en la plaza del Corrillo de la Hierba (Plaza "frontera" de ambos bandos, llamada así porque nadie se atrevía a pisarla sin sufrir las consecuencias rivales de la nombrada guerra).

Catedral de Salamanca. Detalle
Tras los sucesos, los dos hermanos Manzano recurrieron a su padre para relatarle lo sucedido y pedirle consejo, y éste sólo pudo dedicarles unas palabras de advertencia: marcharse a Portugal para evitar represalias del bando de Santo Tomé, al que pertenecía la ahora destrozada familia Monroy.

Con dilación los dos hermanos, Simón y Alonso, huyeron en secreto de la ciudad.


LA INSÓLITA REACCIÓN

Cuando la noticia se supo (muerte y rumores de la huida de los atacantes a tierras portuguesas), la joven María no se amilanó ante la posible inmunidad como pago de un cumplido y tradicional luto (y más aún por el estado de la familia). Ni tan siquiera dispuso el entierro de sus hijos, asunto que dejó en manos de sus allegados y parientes. Por contra, la mujer se llenó de un sentimiento de venganza en ella misma, y con aplomo propuso a algunos de sus familiares, criados y amigos del bando de Santo Tomé, a ir tras los asesinos de sus hijos y exigir justicia. Con gran inteligencia y para evitar la pérdida de toda pista o represalia aún mayor, María extendió el rumor de su marcha como retiro a las tierras de su mayorazgo en Villalba, en pos de la calma ante la terrible situación en que estaba sumida. Nada más lejos de la realidad.

Panorámica de Viseu, Portugal
María tomó la espada de su hijo Luis y encabezó la inminente persecución de los hermanos Manzano (previo juramento de sus seguidores) camino de Villalba, para continuar después hacia el oeste, camino de Portugal. Y durante varias semanas indagando por pueblos y aldeas lograron averiguar el paradero de los hermanos: la villa portuguesa de Viseu. Cuando la comitiva llegó allí, María y sus seguidores acecharon a los dos jóvenes, los cuales, aún sin saber nada, descansaban en una taberna. Durante la noche, tras planear un cerco y evitar una posible huida, los caballeros entraron en la taberna y apresaron a los dos hermanos. Uno fue atravesado con una saeta, mientras que otro rindió su vida a una de las espadas que lo acechaban. La venganza de María se había cumplido, aunque la madre quería las cabezas de los agresores como un amargo galardón, por lo cual mandó cercenarlas allí mismo y traerlas de vuelta a Salamanca.

Una vez en la ciudad, se dirigió con sus particulares trofeos a las tumbas de sus hijos, emplazados en la iglesia de Santo Tomé, y colocó las cabezas, según se dice, encima de sus tumbas, mostrando la venganza llevada a cabo. Otros relatan que dichas cabezas fueron colgadas de los balcones y tejados de su palacio en la Plaza de los Bandos, para así aterrorizar a los enemigos de la familia y hacer recordar a sus rivales tanto el pesar que los Monroy soportaban como las consecuencias ante cualquier hecho parecido que hubiera de venir.

Éstos sucesos, si bien son el episodio más conocido de la guerra de los Bandos en Salamanca, recrudecieron la disputa de bandos durante cuatro décadas más. Finalmente, Juan de Sahagún logró atraer a la armonía y la ciudad, cosa que no pudieron hacer las autoridades concejales ni eclesiásticas. Fue así como María Rodriguez de Monroy Almaraz se ganó el epíteto de La Brava.


IDEAS DE AVENTURAS PARA AQUELARRE:
  • Los PJ llegan a la ciudad, sin conocer muy bien la "guerra de bandos" en Salamanca. Vagando por sus solitarias calles, verán a tres hombres golpeando indiscriminadamente a otro tendido en el suelo, en mitad de un oscuro callejón. "No cabe duda" que los PJ le ayudarán (esperemos que se así), pero un cuarto cómplice, apostado bajo el arco de la entrada de un palacio, huirá corriendo. Por supuesto, se ha quedado con el rostro de alguno de los salvadores. El hombre tendido, que les maldecirá por haberlo ayudado, resulta ser Ahasvero, el judío errante (Pag.328 del manual), que busca la muerte y lo había intentado provocando a sus atacantes. Ahasvero huirá, y como escarmiento de la ruina de su plan acechará a los PJ durante las noches que estén en Salamanca y los alrededores (al igual que el bando al que pertenecían los agresores, como represalia por el rescate del judío).

  • Los PJ son criados de la bruja María (sí, la Brava practica las oscuras artes del mal), los cuáles están preparando la falsa huida de su señora a las tierras de Villalba. Serán citados por su señora y en plena madrugada irán al lugar donde sus dos hijos murieron. Allí María activará el hechizo Invocación de ánimas (pág. 195 del Manual) y pedirá a los PJ que pregunten al alma de sus hijos qué pasó, así como les transmitan los deseos de venganza de su madre. El ánima del hijo mayor les revelará que hubo un tercer hombre que participó en los hechos (un amigo de los hermanos Manzano). Cuando María despierte y sepa esta noticia, pedirá a los PJ que mientras ella marcha tras los asesinos ellos indaguen y capturen al tercero en discordia (que casualmente es un habitual en la guerra de bandos de la ciudad).

  • Los PJ son familiares o amigos de María la Brava. Habrán aceptado marchar en busca de los dos fugitivos a tierras portuguesas, junto con el resto de la comitiva armada. Éstos los acabarán encontrando en la villa portuguesa de Viseu, pero previamente el grupo habrá recorrido durante varias semanas varios pueblos y aldeas, o dormido en los caminos y al raso. Durante una de esas noches, cerca de la frontera portuguesa y a pesar de las guardias nocturnas, Maria desaparecerá sin dejar rastro. La comitiva emprenderá una incesante búsqueda por los alrededores, y tal vez los PJ la encuentren luchando en solitario con un grupo de cinco lobos. Por lo visto, se despertó y vio a una joven que espiando al grupo y decidió seguirla. Claro que, se trataba de una Peeira (Ver suplemento Bestiarium Hispaniae), y habiéndose alertado ordenó a su manada de lobos protegerla. Durante varias noches, los PJ serán hostigados por lobos cuando estén desprevenidos, e incluso les pedirán en el pueblo más cercano formar parte de una batida contra Miragres, "la que duerme con los lobos" (como así es conocida en la zona).

2 comentarios:

  1. Una historia estupenda y con mucho juego, pero ojo con la mención a la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, que da lugar a error, pues es cien años anterior ("El Cruel" muere en 1369)

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  2. Muchas gracias.

    En el escrito me refiero a que la guerra de bandos salmantina se inició probablemente en la época de la guerra civil castellana del siglo XIV, como se apunta, aunque perdura hasta la época en que se suceden estos hechos y reina Enrique IV. Quizá lo expresé mal. ¡Un saludo!

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